"El Hombre del Arca" es una novela extraña, y tal condición radica en el hecho de que, pese a las reiteradas advertencias del autor en sentido contrario, uno está, a cada paso, a punto de tomarla por un relato y descreer de las manifestaciones de Guillermo Suder, en el sentido de que se trata de pura invención suya.

De cualquier manera, lo cierto es que estas declaraciones del escritor lo ponen a salvo desde el punto de vista de las formas legales, y, por otra parte, hasta puede que todo esto sea, en verdad, literatura de pura ficción entretejida con la historia. Como suele decirse muchas veces, y como el propio autor declara en la obra, cuando nos dice que es su procedimiento habitual al abordar este género.

Otra de sus características es la precisión con la que encara todos los tópicos, y que atrapa a aquel lector que quiere que le digan la verdad, cuando se encara una temática técnica, histórica o política.

En cuanto al hilo central: Un submarino alemán hundido en 1945, conteniendo elementos que interesan sobremanera a muchos: La cosa no es nueva, pero lo que sí es original es la índole de lo que el sumergible se llevó consigo al fondo del mar, y que conduce de un modo pausado, rítmico y casi inexorable al inespereado final."